jueves, 21 de febrero de 2008

SOBRE CUATRO LEYES DEL APRENDIZAJE

La ley del efecto, diría yo, se entiende muy bien con la didáctica ya que unas buenas estrategias pedagógicas y unas buenas herramientas didácticas hacen que los alumnos se sientan más a gusto con los proceso educativos en los que se hallan inmersos. Aquellos alumnos que se sienten motivados por una determinada área del conocimiento fácilmente sobresalen sobre los demás del grupo con el construyen saberes. Son los “gomosos”, son los que no sienten como una carga determinada investigación, pues manifiestan, en mayor o menor grado, placer y gusto por aprender.

La ley del ejercicio es evidente en todos los procesos formativos. Mientras no exista la disciplina de estudio, mientras no se ejerciten el conocimiento y los valores inherentes al desarrollo del ser humano no sería posible que se realizaran hasta las más elementales actividades que comprometen el buen desarrollo de los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Por ejemplo, recuerdo una experiencia en la que trabajamos adelantando el bachillerato a un grupo de desmovilizados, quienes llevaban mucho tiempo alejados de cualquier proceso educativo distinto, si cabe decirlo, del impartido por sus organizaciones. Ellos se habían ejercitado blandiendo sus fusiles en esta guerra colombiana, pero a la hora de asumir el compromiso del estudio lanzaban expresiones tales como “para mí es más fácil coger un fusil que un lápiz”. En nuestro caso creo que es más fácil coger un lápiz que un fusil. La diferencia la hace la educación….

En cuanto a la ley del aprestamiento y dando continuidad al ejemplo anterior, observaba algo en el comportamiento de uno de los desmovilizados. Caminaba de un lado a otro, como desesperado, como sin sosiego en su alma. Entonces le pregunté a una mujer joven del grupo qué era lo que le pasaba. Ella me dijo: “es que el solo se siente a gusto cuando está echando bala, y cuando no está haciéndolo se pone así”. Entonces pensé que todo tenía que ver con su educación, o mejor con la ausencia de esta. Por eso es que en las aulas de clase se notan tantas reacciones de los alumnos que van en contravía de lo que se espera de ellos y por eso están prestos a reaccionar de acuerdo a la formación que han recibido…. En otras palabras, el guayabo no produce bananos…

En cuanto a la ley de pertenencia, las personas que nos se sienten incluidas, ya sea dentro de una institución, dentro de un proceso, dentro de un programa, etc., no sienten motivación por hacer nada. Esto es muy común en las instituciones educativas, en las que encontramos alumnos dispersos y como desconectados de la vida de los planteles. Entonces se repite el discurso de siempre “hay que tener sentido de pertenencia jóvenes”.

1 comentario:

Luz Yepes dijo...

!Qué bueno que encuentro tu aporte!
Saludos
Luz Marina